miércoles, 18 de noviembre de 2009

S.D.

Decía que sus sueños consistían en hacer algo para jamás verlo terminado, y le decían que estaba loco.
No comprendían que, quizás, era uno de los pocos cuerdos. Su tatuaje con las siglas "S.D." (cuantas fuerzas le traen esas dos palabras, esas dos que un gran ser manifestó para comenzar, de una vez por todas, la mayor revolución emocional que pudiera existir jamás) parecía cada día mas gastado de tanto mirarlo. Parecía ser su fuente de poder.
Sostenía que su plan en este mundo era muy claro, muy sencillo de ver: “debía dejar su huella”.
¿Qué mi sueño es una locura?, reía cuando alguien parecía no entender. ¿Una locura creer que puedo cambiar mis mundos, mis lugares? A esa altura de la contestación al agravio sufrido, su mirada cambiaba de brillo, de forma. El verde de sus ojos se encendía, disparaban sentimientos, afelinaba la mirada, con esa mezcla de concentración y agudeza.
¿Qué es imposible que la gente crea en el cambio, en que algo mejor se avecina? Era importante tener tiempo para escuchar todas sus discrepancias si nos sentíamos capaces de cuestionar sus anhelos.
Pensaba que el sentir está por encima del pensar, y le decían inútil.
Tal vez no era ese su lugar, pero no carecía de ambiciones y potencial.
¿Inútil es reconocer la maravilla de mi alrededor, alejado de contaminaciones de ocasión, de poder, de avaricia, de oscuridad?
Algún día comprenderán que los inútiles fueron aquellos que dedicaron su tiempo a sobrevivir en un mundo que se hundía en lugar de vivir para hacer su mundo, su lugar, con lo verdaderamente necesario para nosotros.
Cuantas ganas tenía de hablar de este extraño sujeto que tengo la imposibilidad de desconocer, porque no sería yo sin él. Es irónico pensar que su nombre se me haya olvidado, o que nunca lo haya sabido. Tal vez sea sólo que no podría exponerlo a volver a nuestro mundo que se hunde.
Buscaré algún nombre que pueda dibujarlo, enmascararlo para que siga siendo él.
Pero necesitaba rememorarlo, quería y tenía que saber algo de él. Saber a ciencia cierta que hay personas como él entre nosotros. Pero que debemos ser muy cautos, no sólo para descubrirlos, sino también para sentirlos, para hacerlos parte de nosotros.
¿Cuándo tendré noticias tuyas? Es extraño saber que aunque tus enseñanzas me asustan por lo que me modifican, las espero con ansias, con un honorable respeto, y una puteada también.
Profesor P

sábado, 14 de noviembre de 2009

La belleza

¿Este sonido de donde sale? ¿Qué es esto?

Me encuentro al monitor de mi pc.

Se podría exponer la teoría que bajaba música, hablaba con gente que no esta en ningún lado (igual que yo), y se ve que he deglutido una sabrosa torta;

Imagínese la torta como un bizcochuelo…tampoco era para tener una torta de casamiento.

Vuelvo al eje de la cuestión; “¿cuánto hace que estoy acá, o quienes están a mi alrededor?”.

Arremeto con ganas al teclado…quiero terminar con esto y desconocer cada vez menos, estar cada vez más cerca de conocerlo todo.

Dos viejos mosqueteros de quimeras se duelan, no como enemigos, sino como “Primos”, con el corazón, por el amor al noble arte, el arte de la belleza echa palabra, algo tangible, al alcance de nuestras manos.

Ya no importa el sonido, aunque ahora descubro que era música a través de unos auriculares.

Nada para ver, señores … No hay comentarios sobre el tema… Caso cerrado.

A esta altura, el punto es:

Perdón por la interrupción, pero hacia sociales.

Pero de los de verdad, cara a cara, mirándose a los ojos, sintiendo el mismo aire, conscientes que cada movimiento que realicemos junto a ellos, alterará el espacio-tiempo, y nos conducirá por una semirrecta, a determinadas realidades, dejando algunas sin efecto ya.

Aunque pensándolo mejor, podría haber continuado con la narración sin demasiado inconveniente. Pero creo que a esta altura ya hay cierta confianza, ¿no?

Las cosas claras.

Bueno, la cuestión es la siguiente:

“¿Nos maravillamos ante una belleza al tenerla presente, o la emoción está relacionada con la indiscutible sensación de que decidimos hacer bello lo que vemos, porque encontramos en eso una representación inconsciente; en una parte de nosotros habita esa belleza, y ahora estamos un paso mas cerca de completar el rompecabezas que llamamos “alma”, “espíritu”, “ser”.

Que satisfacción se siente cuando completamos un rompecabezas, ¿no?

Imaginen completando “su” rompecabezas. No tendría igual.

Para lo que queda de sus vidas, les deseo que completen su rompecabezas, o que al menos hayan tenido el valor de intentarlo.

viernes, 23 de octubre de 2009

Ellos

¿Para que mirarse, si se sentían, si se sabían completos, si nacieron para ser "ellos"?

Cada latido de sus corazone
s repercutía en el otro, era para el otro. A su lado, carecían las maneras de demostrar afecto, de expresar sentimientos, de materializar sensaciones en palabras.
Se miraban porque así lo deseaban, para evitar saber el caos a su alrededor, para refugiarse en "eso" que escapa a los convencionalismos, a la lógica, a los guiones, al consciente.

¿Acaso una palabra podría precisar lo que en ellos h
abitaban? ¿Bastaría un poema, una flor, un beso para demostrar lo que no se puede explicar? Ellos eran "eso"; cada poro de su cuerpo emanaba ese placer de saberse, de tenerse, de poseerse.
¿Podríamos acaso lograr comprender en algún momento de nue
stra era esa conexión que parecía fuera de nuestro mundo, nuestro plano?
Los placeres se vuelven banales, los sueños inalcanzables, las caricias, ajenas.

Ellos eran, son y serán.


Mientras nosotros, ustedes, los demás, morimos por llegar a ser. Por mirarnos, aunque sólo sea por necesidad, más que por placer.


Profesor P

domingo, 11 de octubre de 2009

Como un cuento (devolución de gentilezas)

Le devuelvo la amabilidad a un amigo...y le sedo respeto a un ser extraordinario y luminoso, y les convido este blog para que se deleiten ( http://puntozycomas.blogspot.com )


Como un cuento, Juan Ignacio Maglione

Me lo describió como un cuento. Cada imagen expresada con poesía y admiración, miedo y algarabía, sudorosa ansiedad.
El relato me entretenía, pero a su vez, me encandilaba; me sofocaba. Pero como quién no quiere la cosa, hay códigos que son inquebrantables (D. B. es un buen ejemplo de aquellos que violan esta sagrada alianza; tema que mi amigo, el Profesor P, quiere discutir con ustedes pronto). Por ese mismo motivo, preste oídos a tan idílica propuesta.
Comenzó, dijo, con un compromiso sobre la marcha cancelado, que no le quita mérito ni resta importancia, dado que siempre es bueno explorar por fuera de la rutina ; interesante como uno puede elevar su potencial como ser social, fomentando su naturalidad, su "yo innato". Para bien o para mal, de acuerdo al ojo curioso y experto. Los resultados pueden variar.
Un compromiso antes asumido y que sólo de él dependía su realización, le daba la señal de alarma de que no hay que abusar de lo que uno no quiere ser... o lo que no se anima a ser. Todo a la normalidad, diría él. Lejos de estarlo.
Un señuelo de la paninstitución de turno en esta carrera hacia la destrucción, consume nuestro tiempo, nuestras ilusiones y porvenires; Absorbe toda nuestra atención, idealismo, máscara, vestido, "ser". Ese señuelo nos lleva a explorar lo mas bajo de nuestros instintos, valores. Y así pasan las moléculas, así el sol se va perdiendo en lo que creemos un horizonte...un perecer de la luz, del bien, de la vista de ese Otro protector y omnipresente, conocedor de "nuestra verdad".
El deseo, continuó con su relato mientras el aire se llena de dulzor que emanaba de su interior, de conquistar la oscuridad, apoderarse de lo que no suele ser, mostró su lugar y plantó bandera ante la cordura y el "deber ser". De ahí a lo que siguió solo bastaron recordatorios de los señuelos.
Ver pasar los años, nuestras eras, nuestros universos, nuestros planos, da que pensar, conlleva una reflexión.
Demás que está decir, que a esta altura, yo consideraba que la historia tenía su atractivo, si era lo suficientemente atento. No será como nuestro querido "Gonzo", pero se hace querer.
Los años, pensó en voz alta, son algo divertidamente raro. Como nos van haciendo tan diferentes, sin darnos tiempo para notarlo. ¿Los años serán acaso, también, una unidad de distancia?
Rodar con horizonte desconocido, es toda una aventura, que se debe hacer acompañado. El refugio, aunque en tierras inhóspitas, despierta atractivos exóticos. Deleite para el cerebro, la mente y el espíritu.
¿Y si acaso toda aventura tiene su lado tenebroso? ¿Si eso acarrea el mayor peso de crecer y evolucionar, de elevar?
Mostrar lo que se sabe, ser inteligentes, pero no con el cerebro, con el "ser", abre las puertas.
Saberse entero, con debilidades y fortalezas, quererse, respetarse peor también temerse. Admirarse y aterrarse. Saber que somos un universo donde habitan el bien y el mal, la luz y la oscuridad, el día la noche, el ser y el deber, el vivir o sobrevivir.

Vivirlo no es la cuestión, o no todo lo es, sino verse haciéndola, reflexionándola, sintiéndola, absorbiéndola.

De nuevo frente a mi monitor y mi teclado, escuchando una gran banda respetada y amada, y que además frecuento, escribo su historia, lo homenajeo, lo libero, lo convido.

Sean felices... siempre

sábado, 29 de agosto de 2009

"El deber de sentir"

EL DEBER DE SENTIR


¿Cuándo fue la última vez que nos quedamos contemplando el mar, admirando su grandeza, percibiendo su furia, maravillados con su inmensa majestuosidad?

¿Recordamos cuánto hace que no tardamos más de 40 segundos para recorrer una cuadra, tomándose el tiempo para admirar los puntos hermosos de la arquitectura de la ciudad, los emplazamientos extraños que se alzan en nuestra urbanidad, los sitios con historias maravillosas listas para ser reveladas, a la espera de un oído atento y paciente?

¿Hicimos la prueba últimamente de salir a caminar sin rumbo fijo, sin horarios para llegar a ningún lado, sin más en nuestra cabeza que nuestros pensamientos revelándose casi vírgenes?

¿Caminamos por la ciudad observando la actitud de las personas, intentando descifrar ciertos patrones que nos ayuden a detectar ante quién hemos puesto nuestra mirada y atención? Puede servir como un juego (así como Alejandro Dolina habla de las hermosas y legendarias “Carreras Secretas”, altamente recomendables, por lo menos por quién escribe), pero también puede entrenar un ojo curioso, atento a las diversas situaciones que se suscitan a nuestro alrededor y del cuál, generalmente, somos ajenos.

¿Alguna vez nos sentamos en una plaza a observar jugar a los niños con sus padres, tutores y/o encargados, dejando escapar una sonrisa ante lo puro de la expresión a tan temprana edad?

Estamos inmersos en una sociedad que nos oprime y empuja a competir contra todo y todos; por un puesto de trabajo, por una beca de estudio, por un lugar en la cola del banco, por entrar antes que otro a algún local nocturno, a apurarnos para sentarnos rápidamente en un asiento en el colectivo, antes que otro lo haga.

Vivimos cargados de obligaciones que, conllevan, a nuevas obligaciones con el sólo fin de alienar al hombre, hacerlo monótono e igual a los demás, en una masa gris de un conjunto de órganos que se desplazan en un establo adornado con rascacielos, luces de neón, polución, tristeza.

Nos preocupamos de que nuestros jóvenes piensen, pero dudo que querramos que piensen distinto a nosotros. Tenemos un temor, natural, al cambio, a lo que el “nuevo” puede traer consigo: una mirada superadora, o al menos centrada desde otro paradigma, con cambio de modos y costumbres, de lógicas y retóricas.

Les exigimos que aprendan a escribir, a decir, a pensar. Les enseñamos las maneras correctas de expresarse verbalmente (fallamos en la enseñanza de la expresión corporal), les damos sustentos y marcos teóricos de mil posibilidades de líneas de pensamientos que nunca podrán articular con una realidad extasiada de información, publicidad subliminal y explícita, de una degradación del cuerpo como objeto de consumo y abuso.

¿Cuándo vamos a estimular el sentir? ¿Acaso se puede enseñar a sentir?

¿O lo que está a nuestro alcance es brindar posibilidades, experiencias, vivencias?

Le robaré una expresión a F.R.F. : es la opinión de un cuatro de copas, que entiende la importancia de los procesos cognitivos, relacionales, socio-afectivos, motrices, pero que sospecha que se generó un vacío en el campo del sentir. Ese campo que enriquece el espíritu, produce placer, ordena los pensamientos, convida a la reflexión crítica de nuestras acciones, enaltece nuestras virtudes hasta límites insospechados, genera vínculos, promueve la expresión, dibuja una sonrisa.

Dejo esta inquietud sentada; es un primer esbozo de lo que, pretendo, sea un largo escrito, enriquecido por opiniones encontradas, debates sinceros, parafernalias amistosas, charlas de café, mates y placeres.

La rueda está girando… Es sólo el comienzo.

Profesor P

lunes, 18 de mayo de 2009

Trabajo sobre inseguridad

DE LA INCAPACIDAD A LA INSEGURIDAD


Introducción

En el siguiente trabajo se tratará, brevemente, de mostrar otra visión distinta del común de la gente sobre lo que parece ser la problemática más grande que se ha vivido en los últimos años: la falta de seguridad.

Partiendo de una concepción de la sociedad como un reflejo del mundo contemporáneo, se debe buscar en la historia reciente los hechos significativos para dar con los porqué de este fenómeno.

Nadie se encuentra ajeno a esta situación y, lo que es aún peor, nadie parece encontrar una solución inmediata; desde ya que este trabajo no pretende recetas mágicas, sino evaluar las condiciones que lograron que esto se expandiera sin encontrar manera de remediarlo.

El título hace alusión a lo que, en una humilde opinión, refleja las ineficacias de un sistema verticalista y manejado por y para ciertos grupos de poder.

Como ejes centrales de debate, tomamos a la educación, el acceso a la salud y la cobertura de fuentes de trabajo para dignificar al hombre y hacerlo apto para sus deberes y derechos ciudadanos.


De la incapacidad a la inseguridad

Basta con prender por unos minutos el televisor y recorrer los canales de noticias

para rápidamente detectar el foco de atención de toda la sociedad; la mirada está puesta en la problemática de la inseguridad.

Estrellas de televisión, políticos, periodistas, todos aquellos que conforman la opinión pública a través de los medio de comunicación, plantean la gravedad del asunto como tema principal de la agenda de nuestros gobernantes y de nuestra economía. Pero esto no es predominante sólo en un sector pudiente de la sociedad; Constantemente observamos a nuestros vecinos, amigos, familiares o compatriotas marchar sombríamente por las calles de la ciudad y del país, reclamando seguridad. Pero, ¿qué tipo de seguridad es la que plantean?

Da miedo pensar en eso si lo analizamos fríamente. De echo, el representante de la voz del pueblo de nuestra comuna ha pedido abiertamente la acción de fuerzas de seguridad nacionales en las calles de la ciudad:

Queremos manifestar la petición del gobierno municipal para que las fuerzas federales, esto es Prefectura, Gendarmería y Policía Federal, participen de controles en la vía pública para así dar más seguridad y tranquilidad a los vecinos de Mar del Plata. ( Gustavo Pulti. Diario La Capital. Jueves 19 de marzo de 2009).

Es decir que se está pidiendo, a través de nuestros representantes, una mano dura que llegue para controlar aquello que, a través de los medios facilistas y mediocres no puede alcanzarse.

La falta de seguridad plantea un trasfondo mucho más complejo e inquietante que sólo acrecentar el personal policíaco o leyes mas rigurosas. Debemos tener en cuenta que aquellos que cometen delitos no aparecen por generación espontánea, ni son personas de diferentes culturas, nacionalidades, ideologías; son personas afectadas por una serie de falencias que el estado y la sociedad en conjunto, han dejado olvidadas. Son hombres, mujeres y niños al margen del sistema, a quienes no se les ha brindado otra posibilidad más que esta, la de sobrevivir sin importar los medios para lograrlo.

Cada día nuestras calles parecen una jungla de cemento y, como animales, luchamos por la supervivencia, a cambio de perder la identidad como sociedad y la cultura solidaria.

Aparentemente nos encontramos solos en esta situación. Desde el gobierno bajan medidas que sólo intentan tapar la problemática, en vez de solucionarla; como quién barre el piso pero, en vez de levantar la basura, la esconde debajo de la alfombra.

Los medios de comunicación constantemente nos transmiten (o sería mejor decir nos bombardean) noticias relacionadas a dicha problemática, convidando a que quienes han sido víctimas directas de la inseguridad, propongan justicia por mano propia, endurecimiento de las leyes, pena de muerte.

Hago aquí un apartado sobre esto último: Desde la caída de la última dictadura militar, se creyó que no se hablaría jamás de utilizar la muerte para hacer justicia. No parece ser una discusión propia de un país democráticamente estable siquiera nombrar la pena de muerte como una opción para solucionar cualquier problema.

Todo echo social debe ser contextualizado y buscar los orígenes que permitieron dicho surgimiento. Nuestro país, desde los albores de sus días, ha estado sometido a intereses políticos, sociales y económicos ajenos; ya sea de la mano de inversionistas, prestamistas, o multinacionales al servicio de sus propias arcas. Las políticas de estado han ido en desmedro de las necesidades de su pueblo, generando una brecha cada vez mayor entre los pudientes y los humildes, los cultos e incultos, los capaces e incapaces.

Recorrer las calles de nuestra ciudad nos da un claro ejemplo de este desfazaje entre las clases sociales: chicos pidiendo monedas en las esquinas en horario escolar, adolescentes embarazadas, adultos mayores sin las necesidades básicas cubiertas después de años de trabajo y aportes, jóvenes resentidos ante una sociedad que no les brinda oportunidades, profesionales sin trabajo, drogas al alcance de las manos.

La violencia, el robo, la inseguridad no parecen desentonar con la realidad según se nos muestra.

La pregunta que surge es: ¿la inseguridad es el problema más importante que debe resolver la sociedad para mejorar?

Para responder a esta pregunta deberíamos analizar algunos aspectos trascendentes en nuestra cultura:


La Inseguridad y la Educación

Una de las grandes falencias sociales en la actualidad se presenta en el campo de la educación. Como Aparato Ideológico del Estado, la escuela cumple una función reproductivista de la cultura y los valores del poder dominante. Dicho de otra manera, el sistema educativo ayuda a acrecentar la brecha social, diferenciando contenidos, segmentando los conocimientos, negando, ya por voluntad o por omisión, posibilidades de transformación de la realidad, así como no genera la amplitud de visión que debería.

Escuelas sin los elementos edilicios propicios para un buen desarrollo de actividades, niños y jóvenes con las necesidades básicas insatisfechas, docentes con salario deficiente y, por ende, con mucha carga horaria para contrarrestarlo, material de lectura y de apoyo de los contenidos escaso y no siempre de buena calidad intelectual, padres y/o tutores analfabetos o con escasa formación académica, son algunos de los aspectos que influyen en un deterioro del sistema educativo, y un abismo entre problemas y soluciones.

No dejemos de lado que como todo Aparato Ideológico del Estado, hay políticas que conllevan a esta situación: “Un pueblo inculto es un pueblo sometido” , un pueblo analfabeto no puede hacerse escuchar, desconoce el trasfondo de sus problemáticas y queda silenciado. Y no hay dudas de que, a varios sectores, les conviene este sometimiento de las masas obreras, dado que será más fácil luego, utilizarlas con fines particulares a cambio de poco y nada.

Freire analiza en sus trabajos con los trabajadores rurales brasileros el poder que conlleva la alfabetización y la apertura de sectores marginados a la lectura, la opinión, el cambio de perspectiva. “Alfabetizarse no es aprender a decir palabras, sino a decir sus palabras”.

Un pueblo instruido es un pueblo difícil de esclavizar, con herramientas intelectuales para soportar los intentos de los grupos de poder de dominarlos a través de ficciones y falsas promesas.

La educación es un recurso fundamental a fin de garantizar el bienestar social y por ende, debe ser tomado con la seriedad y compromiso que se merece. Tanto de parte de quienes manejan las políticas referentes a la educación, como por los actores que la conforman (docentes, no docentes, directivos, alumnos, padres).

Seguimos rasgándonos las vestiduras en pos de defender a la educación obligatoria, cuando deberíamos preocuparnos de lograr una educación posible; pero para esto se deben cambiar varios aspectos sociales, políticos y económicos que, desde la visión actual de la sociedad, se está muy lejos de lograr.


La inseguridad y los medios de comunicación

Los medio de comunicación representan en nuestra sociedad el formador de opiniones más importante y voraz con el que nos hayamos enfrentado alguna vez.

Son quienes nos han puesto en contra y a favor reiteradas veces de distintos sectores sociales, personalidades del espectáculo, políticos, países.

Sería ingenuo, y hasta peligroso pensar que los acontecimientos que ocurren a diario en nuestra sociedad son mostrados de una forma totalmente imparcial y objetiva. Cada día intentamos (al menos algunos lo intentamos) tener en cuenta el origen de la noticia, para así juzgarla y compararla con otra decena de noticias difundidas por otros medios. Esto quiere decir que para uno lograr conocer una noticia, debería por lo menos, cotejar una docena de fuentes diferentes; y nadie garantiza aún, que conozcamos la noticia tal y cual se dio.

¿Es entonces una falta de voluntad por parte de los medio la desfragmentación de las noticias a fin de sólo darnos a conocer sólo una parte de ella, de la cuál, no sabemos a ciencia cierta, si es verídica o no? ¿La velocidad a la que se transmiten las informaciones es una cuestión de mayor cantidad en el menor tiempo posible o algo esconde este método?

En esta era de las comunicaciones, son los dueños de los medios, los verdaderos responsables de las noticias, informaciones y opiniones que surjan del mismo. No es difícil imaginar entonces, que todo material que llega a nosotros antes ha sido seleccionado y parcial o totalmente adaptado a fin de enviar el mensaje de una manera acorde a los intereses del sector al que el medio representa.

Chomsky opina que los medios de comunicación deben cumplir con dos funciones: Informar de modo integral, ecuánime e imparcial y, también, deben ser los guardianes del pueblo contra los abusos del poder. Desde esta perspectiva nos encontramos muy lejos de lograr acercarnos a esta utópica visión de los medios.

El autor señala que los medios de comunicación sirven como industria de las relaciones públicas a favor de los ricos y los poderosos, cuya función es venderle algo al público en vez de informarlo. Y el recurso principal para vender es la propaganda.

Tengamos en cuenta este dato: los cortes comerciales abarcan un tercio del tiempo total que se ve en televisión”.

Ahora bien , ¿de qué manera se utiliza la propaganda en los medios masivos?. No debemos olvidar que, antes que nada, los medios son un negocio y, como tal, no deben generar pérdidas. Por ende, se buscan auspiciantes que subsidien los programas, pero a cambio, son los mismos auspiciantes quienes deforman las noticias en pos de sus intereses.

Sería ilógico pensar en un noticiero atacando a las empresas que sostienen al mismo.

De esta manera, los acontecimientos revelantes son elegidos de forma arbitraria por un puñado de personas a cargo de empresas con intereses concretos, por lo que la audiencia sólo conocerá (y nunca sabremos con que grado de exactitud) la información que este sector de poder crea necesario.

Chomsky y Herman crearon el “modelo de la propaganda”, describiendo las fuerzas “invisibles” capaces de asegurar que los medios cumplan el papel de propagandistas, transmitan información tendenciosa y obedezcan a las órdenes de sus amos. Son cinco filtros desde las noticias tal cuál son, a lo que llegará a nuestra mente: El dinero, la publicidad, la dependencia de la información, la censura y el anticomunismo o el miedo a culturas que afecten el sistema de vida occidental.

Estamos acostumbrados a que los medios nos digan que pensar, a quién creer, a quien odiar, pero este autor nos abre otra posibilidad; la de cotejar opciones. Propone dedicar tiempo a leer qué noticias son importantes para cada medio, y ver que grado de importancia se le asignó a los sucesos que nosotros creamos importantes.

No debemos olvidar nunca que todo medio de comunicación se mueve en función de un poder económico que lo rige y que lo legitima, y por ende, estará limitado por el mismo.


La inseguridad y la política

No es desconocido que cada acción política tiene un trasfondo meramente utilitario para quienes tienen el poder. El pueblo elige a sus representantes de manera casi pasiva, dado que son un puñado de personas que ya han tenido que negociar y pactar decenas de veces sólo para llegar a tener su nombre impreso en una lista de candidatos.

No es verdaderamente representativo un gobierno que no brinda la posibilidad de oír todas las voces sobre un tema, o que censura a quienes piensan distinto. Sin ir más lejos, en las últimas elecciones era moneda corriente no encontrar boletas de ciertas agrupaciones o partidos políticos minoritarios, pero con aceptación popular.

Desde los diferentes partidos políticos (hoy llamados, frentes, coaliciones, alianzas; simplemente para evitarse el voto en internas) oímos a sus representantes quejarse de las problemáticas actuales, culpando siempre al gobierno de turno, tildándolo de ineptos, corruptos, incapaces. No está de más recordar que los que hoy vociferan sobre los gobernantes, alguna vez tuvieron el poder y aún así la situación no ha cambiado. Y lo que es peor, se olvidan de que el presente es una consecuencia inmediata del pasado.

Bobbio nos habla de la dicotomía eterna entre las diferentes posturas políticas y sociales; esta división entre izquierda y derecha, entre radicales y conservadores, que no hace más que dividir a los sectores sociales, al pueblo, perdiendo así la posibilidad de unidad.

Está claro que las diferencias políticas existen y son amplias, y que la mayoría de las personas en algún momento determinado de sus vidas toman una inclinación de una por sobre la otra. Hay un dicho popular que lo resume: “Si a los veinte años no sos de izquierda, no tenés corazón. Si a los cuarenta lo seguís siendo, no tenés cerebro”. Más allá de esta frase chabacana, la realidad es que hoy, en relación a la seguridad, nos estamos inclinando considerablemente hacia la derecha. Una derecha extremista, tensa. Parece exigirse un gobierno rígido, inflexible, duro.

Poco aparenta quedar en el recuerdo de los millones de personas festejando el triunfo de la democracia el día 30 de octubre de 1983, sin importar tanto si el elegido era Luder o Alfonsín. El país había quedado muy golpeado anímica, moral, social y humanamente durante esos casi siete años de dictadura sangrienta y la posibilidad de reorganización era un faro de esperanza en el ancho mar de nuestras angustias patrias.

Pero como se dijo anteriormente, hoy nos enfrentamos con algo similar (perdón la comparación) con lo sucedido en la Alemania posterior a 1919, donde cada presidente era elegido debido a su plataforma política en relación a la seguridad; es decir, el mejor gobernante iba a ser quién pudiera mantener la seguridad del país a toda costa. Los resultados quedaron a la vista.

Más allá de derechas o izquierdas, el eje central de la discusión es que rol juega la conducción política en pos de solucionar los problemas importantes de la sociedad, mas allá de los urgentes.


La inseguridad y economía

Para no hondar en detalles escabrosos y tediosos que a menudo acompañan a la economía, la reflexión la haremos desde un punto clave: El desempleo.

Desde mediados de los años 90, en nuestro país se implementó una serie de pagos a personas sin trabajo, al mejor estilo de seguro de desempleo. Desde ya que, en esta acción extrañamente social y de estado de bienestar, se oculta un arma muy poderosa: “No se muerde la mano que te da de comer”, dice un dicho conocido. Y esta ley es aplicable en este caso; con estos planes se garantiza el gobernante de turno, un apoyo incondicional, no por eso legítimo, de un sector carenciado de la población. Lo que intentaría demostrar en un acto político, que el pueblo acompaña al gobernante.

En contrapartida de estos subsidios a quienes prestan sus gargantas y banderas para los actos, y su voto en las elecciones, el país se encuentra sumido en una profunda crisis económica, producto de largos años de mala administración, con mandatarios que renuncian sin rendir cuentas, negociados fraudulentos, políticas privatistas y toda una serie de manejes políticos con poco, por no decir nulo, beneficio para el pueblo.

Es de esta crisis donde surge, entre otras, una de las problemáticas más importantes de nuestra actualidad: el desempleo.

Si volvemos al ejemplo antes mencionado de la ciudad como una jungla, donde cada individuo intenta subsistir a toda costa, pensemos si estos animales no sólo necesitan de comida, sino de una serie de beneficios que sólo se consiguen con dinero, pero la posibilidad de conseguirlo no está al alcance de todos; ¿cómo sobreviven los que no acceden a él?

De más está aclarar que no se intenta defender el robo y la violencia como medio para reparar daños que la sociedad comete contra sí misma, pero se debe comprender también, que la misma sociedad creó este mal, al permitir una mala distribución de las riquezas, la privatización de sectores públicos, el cierre de puestos de trabajo. La excusa de éste último podría ser la automatización de las fábricas; pues bien, si gusta de los documentales se propone el siguiente: Zeitgeist, Addendum (Peter Joseph, Alemania / Estados Unidos, 2008). En la segunda parte del documental, que se refiere al “Proyecto Venus”, da una visión sobre el rol que deberían cumplir las máquinas en relación con el hombre, una síntesis sería: El mundo cuenta con los recursos naturales y tecnológicos necesarios para que ningún hombre, mujer, niño o adulto mayor deba tener que volver a trabajar nunca más, dado que la función primordial de la tecnología es esa, trabajar por y para el hombre.

El desempleo, como pronuncia Sen, no sólo influye en la persona a nivel económico, sino que lo hace a nivel psicológico. Se destaca en los estudios realizados como uno de los puntos clave el “como se inicia el deterioro psicológico y como las personas, tras un largo período de desempleo, cuando vuelven al trabajo manifiestan una baja productividad, ya que ha cambiado fundamentalmente su psicología” Sen, Amartya. Apuntes de cátedra. 2008).

La utilización de fondos federales para dichos planes y no para la apertura de puestos de empleo deja entrever que hay una política tendiente a reforzar las diferencias sociales y/o económicas, dado que un pueblo que está sometido no tendrá participación activa en el poder. De la misma manera que las malas administraciones crean un descreimiento de las nuevas generaciones con respecto a los políticos y a la política en sí, lo que genera, por otro lado, que el poder siga concentrado en un grupo pequeño de personas que manejan a la mayoría que no quiere involucrarse.


La inseguridad- y la sociología

Como se mencionó anteriormente, las problemáticas del presente no son más que repercusiones de los acontecimientos del pasado. Por lo tanto, como sociedad, debemos plantearnos el grado de responsabilidad antes las aberraciones que vivimos hoy en día.

Como expresa Tenti Fanfani “el individuo construye una subjetividad, una conciencia práctica y un conjunto de capacidades reflexivas en la medida en que mantiene relaciones con el medio ambiente natural y social en el que vive”. ( Tenti Fanfani, Apunte de cátedra. 2008).

La sociedad rechaza aquellas anormalidades que ella mismo supo originar, ya sea activa o pasivamente. Se horroriza ante actos cometidos por miembros de la misma, pidiendo muerte o leyes mas severas, y no se concentra en analizar los causantes de los mismos.

Plantear un cambio radical en la manera de pensar de los sujetos sociales no es algo que se pueda realizar en un abrir y cerrar de ojos, sino un proceso largo pero sostenido, duro pero consciente, donde se fijen las prioridades y se valorice al hombre por sobre el capital.

La sociedad de consumo genera día a día una voraz y sangrienta pelea entre los hombres para asegurarse un puesto de trabajo, un mejor pasar económico, un mejor porvenir. Este consumismo es el que, con el pasar de los años, nos va volviendo más individualistas, generando conflictos entre pares con un único beneficiario, el capital.


Conclusión

En medio de este caos social en que estamos inmersos, parece no haber escape posible (ya ni siquiera las puerta de Ezeiza) que nos conduzca hacia un mundo mejor.

Los políticos, las instituciones, los medios de comunicación, todos los sectores de poder parecen estar complotados en contra del desarrollo de la socialización del pueblo, fomentando así, una división entre clases, una lucha entre el mismo pueblo con el único fin de legitimar su poder. Esa lucha se da cotidianamente en cada sector de la sociedad, librando una batalla que no tiene entre sus vencedores al pueblo.

Es por eso que el cambio está en cada uno, en cada acción que se pueda hacer, no para vencer a quién tenemos al lado, sino para ayudarnos a superar estos momentos de angustia comunitaria, para darnos cuenta que existen alternativas de cambio al alcance de nuestras manos.

Hay pilares de la sociedad que deben estar intactos para poder cumplir con nuestra utopía: la educación incluyente, posible, transformadora, equitativa; la salud, al alcance del pueblo, con recursos acordes, profesionales bien remunerados y capacitados, con instalaciones en condiciones para realizar dichas actividades; la fuente de empleo para no sólo brindar al hombre las herramientas para alcanzar sus sueños, sino también como manera de dignificación, el trabajo dignifica al hombre, lo hace mejor, útil, importante.


Bibliografía

§ Gelman, Juan y Bayer, Osvaldo (2006) Exilio. Buenos Aires. Editorial Planeta.

§ Tenti Fanfani, Emilio (2008) Apuntes de cátedra. Mar del Plata. I.S.F.D. N° 84.

§ Sen, Amartya (2008) Apuntes de cátedra. Mar del Plata. I.S.F.D. N° 84.

§ Bobbio, Norberto (2008) Apuntes de cátedra. Mar del Plata. I.S.F.D. N° 84.

§ David Cogswell (1997) Chomsky parea principiantes. Buenos Aires. Era naciente SRL

miércoles, 11 de febrero de 2009

Bienvenidos

Hola a todas/os. Este blog pretende extender la idea propuesta en mi fotolog, es decir, conversar, debatir y difundir nuestros intereses.
Para que de una vez por todas, hablemos sólo de lo que nos importa, tomemos accionar en nuestro futuro y aprovechemos las oportunidades que día a día se nos presentan para mejorar nuestro mundo.

Hoy comenzamos...Esperando poder aportar algo a través de este medio, me despido hasta la próxima.

"Profesor P"